Claro que sí. Repite conmigo… ¡querer es poder! ¡más alto! ¡querer es poder! ¡más alto! ¡querer es poder! Creo que no me has entendido, lo quiero mucho más alto… ¡Claro que querer es poder! ¡más alto! ¡querer es poder! ¡más alto! ¡claro querer es poder! Creo que lo puedes hacer mejor… ¡tómate unos segundos para pensarlo!, porque no es algo que salga muy rápidamente. Te dejo entre medias una bonita poesía de Machado para que los pienses: ¡Oh tú, que vas gota a gota, del querer y no poder ¡Sí que querer es poder! ¡más alto! ¡Sí que querer es poder! ¡más alto! ¡querer es poder! Como creo que ya te vas inspirando ahora te dejo un poema de Quevedo: Si no temo perder lo que poseo, Ya su familia reformó el deseo; no palidez al susto, o risa al gozo Sólo ya el no querer es lo que quiero; A las promesas miro como a espías; ¿Ya te sale mejor? ¡Dilo con más fuerza! Pero espera, antes incluso te menciono un par de frases de William Shakespeare. Así, ¡oh conciencia!, de nosotros todos haces unos cobardes, y la ardiente resolución original decae al pálido mirar del pensamiento Excelente cosa es tener la fuerza de un gigante, pero usar de ella como un gigante es propio de un tirano. ¡Ahora sí que querer es poder! ¡mucho más alto! ¡Sí que querer es poder! ¡muchísimo más alto! ¡Claro que querer es poder! Ya sabía yo que era sólo cosa de repetirlo. Ahora seguro que estarás empezando a creerte que QUERER ES PODER. |